dijous, 26 de juliol del 2018

Dia 25. La lucha sigue.

Eran la 4 de la mañana cuando tuvimos que partir de ese lugar. La noche había sido larga, las guardias fueron duras, ya que no nos podiamos fiar de ninguna persona, solo podiamos confiar en nuestro grupo. A las 6 y media en punto, partimos junto a otros superviventes con nuestro transporte del país en el que nos encontrabamos en busca de esperanzas en uno nuevo: Áustria.

Durante el trayecto, el temor que nos inundaba no nos dejaba casi ni dormir. Fueron 4 largas horas hasta llegar a nuestro nuevo destino. Comimos unos pocos pedazos de carne que pudimos encontrar, lo que a continuación nos abordo un problema que casi nos desespera por completo: nuestro querido companyero Micheal Ballesty había perdido nuestros suministros para poder cenar. Afortunadamente, el pànico no se apoderó de nosotros y encontramos un sitio donde poder conseguir mas.

Tuvimos también la grandisima suerte de que a las 14:48 llegamos a la famosa Ópera de Viena, justo a tiempo de la visita guiada de las 15:00. Nuestro guia se llamaba Manuel, el cual había emigrado desde Filipinas en busca de seguridad, así como nosotros. La visita nos ayudo muchos a conocer ese lugar que en un futuro podriamos tener que usar como refugio de emergencia.

Llegamos al atardecer a la zona 81, el lugar que se decia que era seguro para dormir. Al estar instalados, la diferencia entre nuestra tienda y la de los demas era clara, dado que nosotros habíamos salido de casa con muy poco. Aún así, la seguridad que parecía tener el sitio nos permitió tener unos instantes entre nosotros como los de antes de que sucediera "eso".

Para cenar, nos ayudo muy caritativamente a preparar nuestra comida un cheff griego que era vecino nuestro. Practicamente ni nos entendiamos, peró en momentos de crisis mundial todos dan de su parte para poder hacer compañeros de confianza. Hacía tiempo que no comíamos una comida tan rica como esa.

El sol se puso. Imediatamente despues nos fuimos a dormir. Estábamos agotados, pero de momento seguimos todos vivos y sin estar infectados. Nuestra vida es un no parar, una constante lucha por la supervivencia desde el comienzo del apocalipsi.

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada